octubre 5, 2024

Puerto Plata, R.D.
Mayo 06 del 2024

Por: Roque J. de León B. (MAE)

Las instituciones u organizaciones políticas pueden ser exitosas y sostenibles en el tiempo dependiendo del nivel de: pensamiento, liderazgo, visión, valores, formación, competencias, aptitudes y actitudes así como el compromiso y sensibilidad social que adornan a sus dirigentes.

Bastaría pensar en aquellos grandes íconos que con su accionar no sólo marcaron la humanidad sino que cambiaron su rumbo y, República Dominicana ha tenido los suyos, entre los que podemos mencionar a: Juan Pablo Duarte, Gregorio Luperón, Francisco Alberto Caamaño y más reciente con sus altas y bajas: Los Doctores Joaquín Balaguer Ricardo y José Francisco Peña Gómez al igual que el Profesor Juan Bosch; estos hombres con su accionar estamparon parte de la historia del país y las suyas propias.

En otra época para ocupar un espacio en las Direcciones Ejecutivas, Comité Político y/o Central de cualquiera de las instituciones políticas de nuestro país, los individuos debían tener al menos un poquito de Liderazgo Comunitario y Social probado.

Siento que en la actualidad en muchos casos sucede diferente, basta con tener un poco de tráfico de influencia y dinero, aunque no pueda demostrarse su procedencia; son los que se convierten en «funcionarios del narco», nombrados o electos sin importar quién o quiénes gobiernen.

Si investigamos quiénes de nuestra provincia ostentan la representación de la militancia de algunos de los partidos políticos en los organismos de Dirección Nacional, de seguro que sentiríamos vergüenza.

Esa es una de las tantas explicaciones del por qué con mucha frecuencia se transfieren importantes militantes de una parcela política a otra.

Para mi no es un secreto que esta y otras razones son las que día a día socaban y destruyen las frágiles bases que sostienen a nuestra débil democracia.

Es misión de nosotros como pueblo ejercer nuestro poder soberano para eliminar el «mercantilismo» de nuestra política para que esta como ciencia cumpla con su sagrado rol de «ser la base desde donde se planifique el crecimiento y desarrollo en valores» de nuestra Nación.

Además es nuestra responsabilidad plantearnos que ese «instrumento social» que llamamos partidos políticos deje de ser la empresa de unos cuantos, que ya hasta lo han convertido en un instrumento que se incuba para luego comercializarlo, eso no debemos seguir permitiéndolo.

Pero me queda claro que esos anhelos sólo son posibles en la medida en que las direcciones de esos «motores impulsores» del bienestar y el progreso colectivo cuenten con los cerebros apropiados y no esten, en muchos de los casos, a merced de evidentes mercaderes.

ROQUE J. DE LEÓN B. (MAE).
DIPLOMADO EN TECNICAS DE COMUNICIÓN SOCIAL INTEGRAL.
MIEMBRO DEL SNTP Y DEL SINLOPP.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *