septiembre 20, 2024

Por Araceli Aguilar Salgado

«Queríamos formarnos una idea más clara de la forma en que se entiende y vive la inteligencia artificial en nuestras vidas y medir el riesgo de deshumanización que esto puede conllevar, teniendo en cuenta la paradoja de que cada vez más nos regimos por la técnica, pero la tecnología está tratando de hacer que los robots parezcan humanos […] La pregunta principal es: ¿vamos a perder nuestra humanidad? Si el ser humano se ve socavado, nos causa preocupación, ya que nos mueve el deseo de una vida más humana » Arzobispo Laurent Ulrich, de Lille, presidente del Comité de Estudios y Proyectos de la Conferencia Episcopal de Francia (CEF)

Recordando la frase de Albert Einstein:” Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad; el mundo solo tendrá una generación de idiotas.” así manifestó en su momento la gran preocupación al ver la tendencia de los seres humanos con respecto a los excesos en el uso de la tecnología.

Y como podemos ver los tiempos actuales en que las tecnologías y la IA están a la vanguardia y se ha convertido en una fuerza transformadora que ayuda en todos los aspectos de nuestra vida.

Los avances tecnológicos han revolucionado la forma en que nos comunicamos, trabajamos, nos relacionamos e incluso cómo vivimos nuestras experiencias diarias.

Sin embargo, junto con los beneficios de la tecnología y la inteligencia artificial, también se han planteado nuevos desafíos y problemas, y uno de los más sobresalientes es la deshumanización.

La deshumanización se refiere a la pérdida de la esencia humana y la disminución de las interacciones auténticas y significativas en favor de una vida cada vez más mediada por la tecnología.

En este sentido, nos enfrentamos a la paradoja de estar más conectados que nunca, pero al mismo tiempo, experimentamos una creciente desconexión con nuestra propia humanidad y con los demás, la falta de empatía y la automatización de tareas pueden impactar negativamente en nuestra calidad de vida.

Sin embargo, también abordaremos soluciones y medidas prácticas para contrarrestar la deshumanización y promover con conciencia el uso de las tecnologías y de la inteligencia artificial.

La deshumanización se manifiesta de diversas formas en los tiempos de era de las tecnologías y de la IA.

Una de ellas es la impersonalidad de las interacciones. A través de las pantallas y las redes sociales, nos encontramos con una gran cantidad de contactos y conexiones superficiales, pero a menudo carecemos de la intimidad y la calidez que caracterizan a las interacciones humanas cara a cara. Esto puede llevar a una disminución de la empatía y una falta de conexión emocional genuina.

Además, la deshumanización también se manifiesta en la falta de empatía en dicho entorno tecnológico, ya que detrás de un teclado y una pantalla, es más fácil ignorar o deshumanizar a las personas, ya que no podemos ver sus expresiones faciales ni escuchar sus tonos de voz, esto puede conducir a comportamientos más hostiles, ciberacoso y una disminución de la solidaridad y la compasión se pierden los sentimientos.

La comunicación digital se ha vuelto predominante en nuestra sociedad, pero a menudo carece del contacto humano directo y tangible. Los mensajes de texto, los correos electrónicos y las video llamadas pueden ser eficientes y prácticos, pero no sustituyen completamente la comunicación cara a cara.

La falta de contacto físico y la imposibilidad de leer las señales no verbales pueden limitar nuestra capacidad de entendimiento y de conexión emocional profunda.

La digitalización ha impulsado la automatización y la inteligencia artificial, lo que ha llevado a la sustitución de muchos puestos de trabajo que antes eran desempeñados por seres humanos.

Si bien esto puede aumentar la eficiencia y la productividad, también plantea desafíos en términos de pérdida de empleo y de la sensación de propósito y contribución personal.

Además, la automatización puede dar lugar a una mayor desconexión entre los consumidores y los proveedores de servicios, ya que se prioriza la eficiencia sobre la interacción humana.

En la era de las tecnologías y de la Inteligencia artificial, la dependencia excesiva de la tecnología puede llevar a una disminución de las habilidades sociales y de la capacidad de atención.

Ya que pasar demasiado tiempo frente a las pantallas puede aislar a las personas, dificultar la interacción cara a cara y generar una sensación de desconexión con el mundo real.

Además, la dependencia excesiva de la tecnología puede generar ansiedad, estrés y adicción, afectando negativamente nuestro bienestar emocional y mental.

Estos aspectos de deshumanización en los actuales tiempos plantean desafíos importantes para nuestra sociedad contrarrestarlos adoptando un enfoque consciente y equilibrado hacia la tecnología, como lo es promover la conciencia de nuestros patrones de uso, fomentar la comunicación interpersonal, practicar la empatía y encontrar un equilibrio entre la vida digital y la vida offline son algunas de las estrategias que podemos implementar para preservar nuestra humanidad en un entorno cada vez más digitalizado.

La deshumanización en la era de las tecnologías y de la IA puede tener efectos significativos en nuestro bienestar individual y colectivo, ya que medida que nos alejamos de las interacciones auténticas y significativas, y nos sumergimos en un mundo cada vez más mediado por la tecnología, experimentamos una serie de consecuencias negativas para nuestro bienestar.

La deshumanización puede llevar al aislamiento social y la soledad. A medida que las interacciones se vuelven más impersonales y la comunicación se basa principalmente en plataformas digitales, podemos experimentar una falta de conexión genuina con los demás.

Esto puede resultar en sentimientos de aislamiento, falta de pertenencia y una disminución en nuestra red de apoyo social.

La soledad prolongada puede afectar negativamente nuestra salud física y mental, y aumentar el riesgo de depresión y ansiedad.

Así mismo también la deshumanización puede contribuir al deterioro de la salud mental.

La falta de contacto humano y de interacciones auténticas puede generar una sensación de vacío emocional y una disminución de la satisfacción vital, además, el aumento de la comparación social en las redes sociales y la presión por mantener una imagen idealizada pueden generar estrés y afectar negativamente nuestra autoestima y bienestar psicológico.

De igual manera la deshumanización en la actualidad puede afectar la calidad de vida de las personas, la pérdida de interacciones humanas significativas puede llevar a una disminución en la sensación de bienestar general.

La falta de conexiones emocionales profundas y la pérdida de momentos de intimidad y calidez humana pueden limitar nuestro disfrute y satisfacción en diferentes aspectos de la vida, como el trabajo, las relaciones personales y el ocio.

Por lo que para combatir la deshumanización y fomentar una digitalización más humana:

Hay que tomar conciencia de nuestro propio uso de la tecnología es el primer paso para combatir la deshumanización, por lo que es importante reflexionar sobre cuánto tiempo pasamos frente a las pantallas y cómo nos afecta emocionalmente y socialmente.

Establecer límites y encontrar un equilibrio entre el tiempo en línea y el tiempo sin tecnología, puede ayudarnos a restablecer las conexiones humanas y valorar las interacciones cara a cara.

La empatía es fundamental para contrarrestar la deshumanización, por lo que debemos recordar que detrás de las pantallas hay seres humanos con emociones y necesidades similares a las nuestras.

Practicar la escucha activa, mostrar interés genuino por los demás y ser amables en nuestras interacciones en línea son formas efectivas de fomentar la conexión humana y promover un entorno más compasivo y solidario.

Así mismo es esencial invertir tiempo y energía en cultivar relaciones significativas tanto en el mundo digital como en el mundo real y priorizar las interacciones cara a cara, como reuniones y conversaciones en persona, puede fortalecer la conexión emocional y construir relaciones más auténticas.

Además, participar en actividades en grupo, como voluntariado o prácticas deportivas.

Puede ser una forma efectiva de establecer vínculos humanos y desarrollar un sentido de comunidad.

Y la educación desempeña un papel fundamental en la lucha contra la deshumanización, es importante promover la alfabetización digital y enseñar a las personas, especialmente a los más jóvenes, sobre el uso responsable de la tecnología, esto implica educar sobre la importancia de mantener un equilibrio entre el mundo digital y el mundo real, el respeto por los demás en línea y la protección de la privacidad y seguridad de los datos personales.

La tecnología puede ser una herramienta poderosa para fomentar la creatividad y la colaboración humana, en lugar de limitarnos a consumir pasivamente contenido en línea, debemos buscar oportunidades para crear y colaborar.

Participar en proyectos creativos en línea, trabajar en equipo en plataformas de colaboración o participar en comunidades en línea centradas en intereses comunes, pueden ayudarnos a mantener una conexión humana y aprovechar al máximo la tecnología.

Y a nivel colectivo, es fundamental establecer políticas y regulaciones que protejan la privacidad, seguridad y dignidad de las personas en el entorno digital, con promover un internet más seguro.

Regular el uso de algoritmos y tecnologías de inteligencia artificial y garantizar la igualdad de acceso y oportunidades en el ámbito digital, además, las empresas y organizaciones deben adoptar prácticas éticas que prioricen la experiencia y bienestar humano en lugar de maximizar solo la eficiencia y la rentabilidad.

Al tomar estas medidas, podemos combatir la deshumanización en la digitalización fomentar una sociedad digital más humana, equilibrada y compasiva, por lo que la clave está en recordar que las tecnologías y la IA deben ser herramientas al servicio de la humanidad y no al revés, recordemos que ellas están para ayudarnos a mejorar nuestras vidas son un gran aliado, no abusemos de ellas y alertemos al mundo a no tener una generación de tontos y pobres.

Y no nos olvidemos que lo que nos hace humanos es nuestra capacidad para pensar, para sentir, para amar. No permitamos jamás que las tecnologías e IA nos quite nuestra humanidad, las podemos usar para rehumanizar a las personas.

De igual manera recordemos que la espiritualidad también puede seguir siendo uno de los únicos lugares de libertad del mundo digital, acuérdense a un Dios que le dice al hombre que está vivo y que no es esclavo de las máquinas.

“El espíritu humano debe prevalecer sobre la tecnología. “Albert Einstein

Araceli Aguilar Salgado Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Analista y comentarista mexicana, del Estado de Guerrero E-mail periodistaaaguilar@gmail.com

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